Hay cosas que creemos es mejor ocultarlas.
Porque creemos que no vale la pena decirlas, porque tenemos miedo al qué dirán, porque puede que causen dolor al que lo escuche, o simplemente porque el ocultarlas hace el proceso de existencia mucho más ameno.
El caso es que, por mucho de que intentemos ocultarlo, la verdad siempre acaba saliendo a la luz. Porque la verdad es así de altanera e incompetente. Le gusta exponerse para que todo el mundo la vea. La verdad no juega con la sombra, ni le gusta ser invisible. A ella le gusta ir siempre por delante. Frente a frente. Transparente.
Y la verdad es que, quieras o no, ella va a salir a la luz. Y la única opción disponible es que ella salga por las buenas, dígase, "con tu permiso" (iluminándote un nuevo camino) o que te explote en la cara dejándote ciego.
Porque al fin y al cabo, sólo se está a un helado de saberlo.
-este post va dedicado a ella, la que es capaz de leer entre líneas&más. Love you Ingrid Marie.
Jx
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